viernes, 2 de octubre de 2009

Llegada de Hitler al poder

La llegada de Hitler al poder alemán fue el producto de una serie de circunstancias que se fueron desarrollando desde la finalización de la Primer Guerra Mundial.

Luego del conflicto bélico, Alemania quedó en una situación desastrosa. Por un lado, la firma del Tratado de Versalles, que obligaba a pagar a las potencias capitalistas los gastos de la guerra, no solo comprometió seriamente la economía del país si no que también provocó la humillación y la frustración de los alemanes. A su vez, se sembraron en todo el pueblo fuertes sentimientos de venganza hacia los extranjeros y de traición hacia los partidos políticos alemanes que habían firmado el Tratado. Incluso los soldados que habían participado se habían quedado sin ocupación.

Por otra parte, la crisis económica mundial del año 1929 empeoró aún más los problemas alemanes. La producción industrial cayó notablemente, provocando un gran aumento de la desocupación, lo cual perjudicó también a los sectores comerciales y agrícolas. El gobierno alemán se vio incapaz de hacer frente a la crisis, lo que generó aún más descontento en el pueblo.

Esta situación particular hizo que el Partido Nazi empezara a ser visto como una opción posible para solucionar de una vez los problemas de Alemania.

El NSDAP (Partido Obrero Alemán Nacionalsocialista) fue ganándose el apoyo de sectores como los capitalistas que odiaban el socialismo, las grandes masas caracterizadas por su ignorancia y también las clases medias.

Fue precisamente el temor a que el comunismo se levantara en el poder lo que llevó al Partido Nazi a hacerlo. Si bien en las elecciones presidenciales de 1932 Hitler perdió contra Hindenburg, al conseguir los comunistas 100 escaños en el Parlamento los líderes de derecha presionaron para que se formara un gabinete de coalición presidido por Hitler.

Es así como Hitler consigue el cargo de Canciller, en enero de 1933, que le daría el poder suficiente para lograr luego el control total de Alemania.

En agosto de 1934 muere el presidente Hindenburg, y Hitler se autoproclama presidente del Reich, concentrando en él las jefaturas del Estado y del gobierno.


(en la imagen, Hitler y Hindenburg)

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